30 mar 2011

Anecdota "El Maestro" o "El Inmortal"

Mi ciudad natal es Cienfuegos, Cuba, el pequeño municipio de Cruces dista 30 km de distancia, como es costumbre todos los años se celebra "El día del crúcense ausente", por tal motivo ese día se llevan a cabo múltiples actividades en las que no faltan las deportivas y entre ellas la celebración de un desafío de beisbol de primer nivel.
Todo comienza con un mensaje que recibo del director del equipo de Cruces, el Sr: Juan Álvarez, invitándome para participar a mí y al receptor Roberto Ferreiro en el encuentro de beisbol entre Cruces y el equipo de la policía de Santa Clara, que gozaba de mucha fama en la provincia, dado los talentos que lo integraban, entre ellos el lanzador que sería el encargado de abrir el encuentro, un coterráneo mío, Andrés”El Curro” Leiva, su recta pasaba de las 90 millas sin lugar a dudas, sin dejar de lado su curva rápida, un escoyo para cualquier bateador.
El desafío estaba previsto para el domingo en la tarde formaba parte de las actividades para celebrar el día del crúcense ausente, ese día salimos de Cienfuegos temprano para Cruces donde almorzaríamos y después al estadio, que estaba en las afueras cerca de la vía que iba para el Central Andreita o Maltiempo como lo llamaron después, ya una vez allí, nos dirigimos al dougout  de tercera base que era el que nos pertenecía como home Club, cuando llegamos a él poniéndose su uniforme estaba Juan Emilio Pacheco SS de Ranchuelo, me sorprendió verlo allí pero me dirigí a saludarlo y busque sitio para cambiarme, después hacer los rituales de calentamientos que hacemos los que practicamos el beisbol , cuando estamos listos para comenzar el juego, el director nos reúne para dar la alineación, en ese momento Juan el director se dirige a Pacheco y a mí para plantear que quien jugara la segunda base, yo levanto el brazo para afirmar que lo haría yo, entonces Juan nos pide disculpas y alega que lo hizo para garantizar por si fallaba alguno de los dos.
En una situación del juego y con la primera base ocupada bateaba Andrés "El Curro" Leiva, con un out en la pizarra, esperábamos el toque de bola, ya que era el lanzador y no destacaba por ser un buen bateador, lo intenta pero falla en dos ocasiones, en el siguiente lanzamiento, “El Curro” le tira fuerte y conecta un boun alto hacia la zona de 2da base, salgo en busca de la bola, a toda carrera ya dentro de la hierba meto el guante cuando la bola toca tierra, sin detener la carrera y en un ángulo de tiro muy difícil, suelto para segunda base, el tiro fue a la altura del pecho, perfecto para completar la doble matanza, además hay que decir que Pacheco poseía un buen brazo y El Curro no era un corredor rápido, aquel estadio de vino abajo, la algarabía era inmensa, camino al dougout, y cerca de él me llama un señor alto de piel negra, junto a él estaba Pablo García ex- pelotero profesional, fui felicitado por ambos por la jugada que acababa de realizar, al poco rato me dijeron que ese señor alto y de piel negra era Martin Dihigo Llano, al que muchos lo llamaran "El Maestro" y para otros "El Inmortal".