Yo nací en Cienfuegos antigua región de la provincia Las Villas, entre su municipios figuraba el de Cruces una pequeña ciudad cercana a Ranchuelo municipio perteneciente a Santa Clara.
Después de la division política administrativa, Cienfuegos paso a ser provincia y el municipio de Cruces quedo dentro del territorio de la actual y joven provincia, Cruces dista de Cienfuegos, unos 30 km.
Todo comienza con un mensaje que recibo del director del equipo de Cruces, el sr: Juan Álvarez, invitándome para participar a mí y al receptor Roberto Ferreiro en un encuentro de béisbol entre Cruces y el equipo de la policía de Santa Clara, que gozaba de mucha fama en la provincia, dado los talentos que lo integraban, entre ellos el lanzador que sería el encargado de abrir el encuentro, un coterráneo mío, Andrés El Curro Leiva, su recta pasaba de las 90 millas sin lugar a dudas, sin dejar de lado su curva rápida, un escoyo para cualquier bateador.
El desafío estaba previsto para el domingo y se celebraba el día del crúcense ausente, ese día salimos de Cienfuegos temprano para Cruces donde almorzaríamos y después al estadio, que estaba en las afueras cerca de la vía que iba para el Central Andreita o Maltiempo como lo llamaron después, ya una vez allí, nos dirigimos al dougout de primera base que era el que nos pertenecía como home Club, cuando llegamos a él poniéndose su uniforme estaba Juan Emilio Pacheco SS de Ranchuelo, me sorprendió verlo allí pero me dirigí a saludarlo y busque sitio para cambiarme, después hacer los rituales de calentamientos que hacemos los que practicamos el béisbol y después calentar el brazo, cuando estamos listos para comenzar el juego, el director nos reune para dar la alineación, en ese momento Juan el director se dirige a Pacheco y a mí para plantear que quien jugara la segunda base, yo me adelanto levantando el brazo para afirmar que lo haría yo, entonces Juan nos pide disculpas y alega que lo hizo para garantizar por si fallaba alguno de los dos.
En una situación del juego y con la primera base ocupada bateaba Andrés El Curro Leiva, con un out en la pizarra, esperábamos el toque de bola, lo intenta pero falla en dos ocasiones, en el siguiente lanzamiento, El Curro le tira fuerte y conecta un boun alto hacia la zona de 2da, salgo en busca de la bola, a toda carrera ya dentro de la hierba, meto el guante cuando la bola tocaba tierra, sin detener la carrera y en un ángulo de tiro muy difícil, suelto para segunda base, el tiro fue a la altura del pecho, perfecto para completar la doble matanza, además hay que decir que Pacheco poseía un buen brazo y El Curro no era un corredor rápido, aquel estadio de vino abajo, la algarabía era inmensa, camino al dougout, y cerca de él me llama un señor alto de piel negra de unos 55 años aproximadamente, junto a él estaba Pablo García ex- pelotero profesional, fui felicitado por ambos por la jugada que acababa de realizar, al poco rato me dijeron que ese señor alto y de piel negra era Martín Dihigo Llano, al que muchos lo llamaran El Maestro y para otros El Inmortal.
La imagen que se aporta es de: playersofelbeisbolcubano.wordpress.com
